sábado, 25 de abril de 2009

Dripe a lo chancho o "influencia" cochina, una sobre el deber de prevenir y el derecho a ser informado

Pa' no aburrir a la gente, en México por estos días nos dió por vestirnos de apocalípsis (vea si no). Tremendo trabuco el que se está dando en la capital con aquello del catarro loco (quiere bailar). El Licenciado, que siempre anda viendo a quién culpa de lo que hace o deja de hacer (la evasión total de la responsabilidad es su regla), encuentra en estos casos (en los que él es prima facie inocentazo) una gran oportunidad para pensar en términos de las obligaciones del Estado y el paradigma de los derechos humanos.

Ya Ud., queridísime y, esperemos, sane lectur, dirá ¿a qué viene toda esta jalada? Pus que onde estuvo la cosa esa del deber de prevenir, y el derecho al disfrute de los máximos avances de la ciencia, y el derecho al nivel más alto de los servicios de salud, y el derecho a recibir información pública de relevancia. Porque ahora si que andan bravos y en chinga tomando medidas, pero si le escarvamos un poquito, saldrá que ni nos dijeron lo que nos tenían que decir, ni hicieron con la información lo que tenían que hacer, ni gastaron en lo que tenían que gastar. Juicio con base en la historia. La fragilidad del criterio de quienes despachan en el equipo de comunicación social de la Secretaría de Salud, además, hace agua, pues en plena tragedia, no pueden dejar la forma en que tradicionalmente comunican lo que sea.

Y bueno, hablando de marranos y cosas de ese calíbre, sépase estimade lectur, que el Licenciado... y la Licenciada también, andan en visita al Banco Mundial. ¿Amarremos al puerco?

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