
Ya Ud., queridísime y, esperemos, sane lectur, dirá ¿a qué viene toda esta jalada? Pus que onde estuvo la cosa esa del deber de prevenir, y el derecho al disfrute de los máximos avances de la ciencia, y el derecho al nivel más alto de los servicios de salud, y el derecho a recibir información pública de relevancia. Porque ahora si que andan bravos y en chinga tomando medidas, pero si le escarvamos un poquito, saldrá que ni nos dijeron lo que nos tenían que decir, ni hicieron con la información lo que tenían que hacer, ni gastaron en lo que tenían que gastar. Juicio con base en la historia. La fragilidad del criterio de quienes despachan en el equipo de comunicación social de la Secretaría de Salud, además, hace agua, pues en plena tragedia, no pueden dejar la forma en que tradicionalmente comunican lo que sea.
Y bueno, hablando de marranos y cosas de ese calíbre, sépase estimade lectur, que el Licenciado... y la Licenciada también, andan en visita al Banco Mundial. ¿Amarremos al puerco?
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