domingo, 27 de enero de 2013

Narcotráfico, perdón, derecho y sociedad

Así, pum. De pronto el Licenciado le dio mejor forma a una ocurrencia que traía ya revoloteándole la chirimolla. "Perseguir selectivamente la violencia, despenalizar y perdón social". Todo empezó hace poco más de un año mientras leía una nota de La Jornada en la que se traían pa' cá y pa' llá el tema del narco, la rendición del Estado y el no sé cuál del quién sabe qué, a propósito de la delincuencia organizada. Luego la cosa se puso más fiera en el ánimo reflexivo del Licenciado con aquello de que les "gabach" ya andan queriendo gravar la marihuana. Mire Ud., así lo andan manejando en Argentina (aquí), así en Colombia (acá) y los mexas, de esta forma (acú).

Para que Ud., queride lectur, esté en mejores condiciones de asimilar los balbuseos intelectuales del Licenciado, se desarrollan de forma preliminar algunos disparates:

Primero, hay (como en todo el derecho) un asunto de (potencial) manejo perverso del lenguaje, así como una altísima impregnación de ideología en el discurso estatal. En nuestro país se dice: esto no puede ser legalizado bajo ninguna razón (las drogas), pero conductas y productos otrora prohibidos o no reconocidos (extralegales, ilegales o alegales) ahora sí pueden ser lícitos (transgénicos, por ejemplo). Desde la distorcionada y maltratada perspectiva del Licenciado (la Licenciada aquí si marca su distancia), el argumento es circular y no hay ninguna razón (en términos de estructura formal lógica) por la cuál no sea posible despenalizar las drogas. La falacia argumentativa cae sobre nosotros, no se puede legalizar porque es malo, es malo porque es ilegal y dado que es ilegal, así se tendrá que quedar. Sofismo puro.

Segundo, se argumenta que el asunto se resume a una ecuación concreta: la ilegalidad vs. la legalidad. Falso, por principio de cuentas, porque lo hecho el sexenio pasado (y todo parece indicar que así arrancó este) es combatir una ilegalidad (para elles muy majadera) con otras ilegalidades (para elles menores). La Constitución PROHIBE que los militares hagan tareas de seguridad pública o que sustituyan a las autoridades civiles en tiempos de paz. Como revire, se dice que la situación es tan excepcional que hay que tomar medidas igualmente excepcionales (entiéndase, violar la Constitución). Chulada ver a los militares haciendo tareas de conducción del tránsito en Cd. Juárez o en Veracruz. ¿Qué se dice además de las desapariciones forzadas? ¿Qué argumento sostiene el abuso del arraigo o la adicción a les testigues protegides? No es un tema binario (dentro o fuera de la ley), sino de persecución selectiva de la ilegalidad. De hecho, es más grave, se trata del uso discrecional de la misma (de la ilegalidad, pues) por parte de quien tendría que combatirla.

Tercero, se cruzan contradicciones maniqueas, todo en el afán de tener la razón frente a la opinión pública (lo que sea que esa cosa signifique). Esto, a su vez, se traduce en un axioma: si no estás de acuerdo con la matazón discrecional de "delincuentes", estás a favor de los narcos.

Cuarto, en su momento Calderón repitió hasta el cansancio que lo maginolocuente de su lucha era la oportunidad de emprender medidas de altísimo costo social que resultaban indispensables dado el nivel de descomposición, la perdida de control sobre ciertas regiones, la infiltración del narco en los más altos niveles de la política y otras tristes condiciones. La cosa era agarrarse a balazos con los mañosos y no traicionar la memoría de todes les que murieron combatiendo al narco. Parece que la cosa era así: como ya murieron muchos, por eso -y sólo por eso- ahora hay que seguirle. Une puede compartir el diagnóstico, la necesidad de cambios, pero ¿si la situación es tan excepcional, por qué la única medida excepcional era violar la Constitución, seguir manchando de sangre el país, poner en riesgo a la ciudadanía y aparecer de macho por el mundo?

Desahogados los argumentos de mérito en la confesional anterior, resulta que en un ataque de imprudencia, el Licenciado quiere hacer públicas tres ocurrencias -precandidatas a ideas- que tienen un tufo de autoinculpatorias que ¡ah jijo! También en esto la Licenciada ha guardado distancia, a causa del prestigio que quiere proteger.

Aquí nuestra blasfemia trilógica (persecución selectiva, despenalización y perdón social), expresada en piel de pliego petitorio:

UNO: claridad, ¡por favor! Un poco de claridad en lo que queremos combatir no le haría daño a nadie. Del narco, lo que más nos fastidia es el conjunto de externalidades negativas asociadas a la conducta principal de la compra y venta de droga. Es decir, la corrupción que genera en autoridades y agentes públicos involucrados en tareas de aduanas, control del tráfico de mercancías, aeropuertos, prevención, etc. (y esto deviene del poder que da una sustancia altamente cotizada en el mercado negro de la economía más poderosa del mundo).

Otra externalidad gacha es la necesidad operativa de los cárteles y grupos de delincuencia organizada de tener montones de armas y sicarios para poder controlar territorios y realizar sus tareas mercantiles -ilegales, pero mercantiles-. Es decir, da igual si lo que trafican son melones o chinicuiles, cuando para su circulación, operación y el aseguramiento frente a otros grupos armados -ya estatales o de la delincuencia organizada- el narco requiere armas y matones. O sea que lo que más, más enchila son las muertes y la violencia que tiene el método -también ilegal- de solución de controversias entre grupos criminales.

¿Cuál es el punto, dirá Ud., estimadísime lectur? Primero, que no es la "simple" ilegalidad lo que la sociedad censura, sino la violencia. Lo que el Licenciado se pregunta es qué le encargamos al derecho penal y a la persecución represiva del Estado (que atraviesa el uso de la violencia estatal), pero, sobre todo... a cambio de qué. Dónde está la evidencia de los costos en salud, por ejemplo, que nos permita identificar cuál es el bien superior que estamos protegiendo a cambio de crear un caldo de cultivo para la violencia.

La cosa no es utilitariasta (¡¡te odiamos Bentham, te odiamos!!) pero ya de menos que alguien demuestre que la lucha contra el narcotráfico ha salvado más vidas que las muertes que ha ocasionado o que los gastos en salud pública evitados por el retiro de cierta cantidad de droga del mercado son más altos que el dinero invertido en la guerra fallida. O que después de la cruzada para limpiar las instituciones, estas no fueron infiltradas a mayor escala.

DOS: consistencia, ¡¡por favor!! Un poco de consistencia en el discurso, mezclada con la claridad antes descrita daría elementos más atendibles o menos despreciables de la posición de les "prohibicionistas excluyentes" (término con licencia comunitarista, titularidad del Licenciado). Un ejemplo. Durante 2010 y 2011, los militares pidieron reformar la Constitución para permitirles hacer tareas de seguridad pública, mantener el fuero de guerra -aún en tiempos de paz- y un régimen especial que entienda que las violaciones a los derechos humanos son parte del costo que hay que pagar por esta lucha. La posición era muy sencilla, para no seguir violando la Ley, mejor modifíquenla. El Licenciado propone lo mismo, pero en otro sentido: DESPENALICEN.

Y esto si que urge discutirlo seriamente, ya. No vaya a ser que dentro de pronto, personas que allá en gringolandia sean honorablus contribuyentus del fisco, acá sean tratades como escoria social.

TERCERO (y el realmente novedoso): revisión del paradigma de persecución y castigo. Agárrese bien queride y bien nacide lectur. Lo que el Licenciado considera es que si atendemos al diagnóstico y es un hecho que la situación es una auténtica romería y que tenemos que vivir en estas situaciones en las que el curso de la normalidad está tan alteradísisimo, es tiempo de que nos planteemos para qué queremos el castigo penal de los narcotraficantes.

¿Somos retribucionistas? ¿Es el castigo por el castigo? Vale la pena preguntarse si una extrapolación esotérica de paradigmas como la revisión del pasado, el perdón y los trabajos de reconstrucción del tejido social a causa de fracturas creadas por dictaduras y violaciones graves a los derechos humanos nos puede enseñar algo. ¿Todes les incolucrades en la delincuencia organizada tienen el mismo grado y nivel de responsabilidad? Excepciones en el castigo masivo a cambio de castigos ejemplares, ciertos perdones y una reconstrucción de la sociedad ¿serían viables? Si la droga se legaliza ¿podríamos liberar a traficantes menores? El Licenciado cree que la sútil (pero muy significativa) diferencia entre esto y lo que les gringues llaman "pactar con el narco" es la fuente de la decisión. Una revisión a nuestro modelo y fuentes de inspiración para el castigo -casi que desde una perspectiva filosófica-  es más pertinente que nunca. Es una cosa necesaria, al menos, en términos de razonabilidad.
Aviso antimotines: si es que este post llegara a les ojes de alguien, no es poco probable que ese alguien sea un leíde e instruide lectur. Ese ser casi mitológico -es decir, le lectur- seguramente encontrará el origen de nuestros disparates en una mezcla sin pudor de varias lecturas (Nino, Brewer-Carías, Zalaquett, Desmod Tutu y otros), según reportan, el Licenciado no ha querido mancillar la memoría ni las perspectivas de estos figurones.

martes, 22 de enero de 2013

Creando escuela... El Pikolín II, ya es licenciado.

Diversos medios de comunicación dan cuenta de un asunto futbojurídico de la más alta relevancia. Así es, estimade lectur, pues las filas de las huestes a las que pertenece el Licenciado... y la Licenciada también, se han engrosado. Entenderá Ud., futbolístique lectur, que eso por si mismo de noticioso no tiene pero si ni maíz, pues si de algo padece nuestro gremio es de incontinencia incorporativa.

La cosa está en que es un futbolista de los PUMAS quien, siguiendo el inmaculado manto y la simbólica influencia del Licenciado, se puso a machetearle pus que al Gabino Fraga, al Rojina Villegas, al Burgoa, al Tena Ramírez (uta, con qué libros estudió este...). El Universal, encabeza una nota de la siguiente forma:

El pikolín II ya es licenciado (puede Ud. verla  aquí). El cuerpo informativo es el siguiente:

El guardameta del Pumas mexicano Alejandro Palacios obtuvo hoy el grado universitario de Licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de Mexico (UNAM) , casa de estudios a la que su equipo representa, informó hoy el club.

"Siempre tuve la convicción de terminar mi carrera y ser egresado de la UNAM, me motivaba esa idea" , declaró el arquero, quien alcanzó el grado junto a otros 108 compañeros.

"Quizá me tardé más del tiempo establecido (siete años), pero me di de baja dos años porque estuvimos en torneos internacionales, me tocó viajar a la Copa Libertadores, a la Copa Sudamericana y tuve que hacer una pausa a mis estudios, pero al final siempre he creído que estudio y deporte, se pueden combinar" , señaló.

Palacios, de 31 años, tomó protesta el pasado jueves en la Facultad de Derecho y logró su título mediante un diplomado luego de siete años de carrera.
Así las cosas... el Licenciado le da la más calurosa bienvenida al Pikolín II a este gremio tan lleno de cínicos como de tranzas y le desea que tenga mayores capacidades como jurisconsulto que como portero. Esto último, no luce nada difícil.


sábado, 12 de enero de 2013

Un día como hoy, pero de 1953.

Así, igualito, un día como hoy, el jurisconsulto Don Jaime Iruegas Saldaña y Rojas publicó un artículo que hundió su credibilidad. El abogado que abrió tremenda zanja entre las corrientes jurídicas de este país, perdió su capital social de forma inexplicable. También era enero y aquel año tuvo, según cuenta el cronista de Teziutlán, Puebla, un invierno calador. Sí, justo como el que estamos viviendo.

Corría pues, el año de 1953 y Don Jaime Iruegas Saldaña y Rojas militaba aún en las filas sinarquistas. Entrañable amigo del señor licenciado Jerónimo Díaz y de René Capistrán Garza, también contaba con sólidos lazos emotivos con el ex-Ministro de la Corte y Senador de la República por ese entonces, Don Mariano Azuela.

Don Jaime Iruegas (de padre) Saldaña y Rojas (por la madre) se formó en la Universidad Nacional. Pronto construyó una importante carrera como litigante. Combinaba de sabia manera su vida de practicante con tres actividades más, un activismo jurídico-católico ante tribunales laicos, un activismo jurídico-laico ante tribunales eclesiales y un periodismo insólito de la época: el peridismo jurídico-laico-católico.

Hasta antes del 13 de enero del 53, día que nos evocó a esta gran persona y causa de la esotérica efemeride de hoy, había tenido roces con insignes personalidades del conservadurismo militante como Rafael Estrada debido a lo que Don Jaime consideraba su falsa militancia en las ideas de Cristo. A Estrada, Don Jaime le intentó tatuar un cristo en sangre, después de un día que tomaron jeréz juntos y depositó un somnifero para sus fines. Creyó era una acción punitivo-necesaria, de esas que impulsaba en su libro: "El castigo auto y heteroinfligido y la abstinencia sexual como prolegómenos de la salvación"

También tuvo roces con el ministro de la Corte, el señor licenciado Felipe Tena Ramírez a quien le reprochaba un supuesto vínculo con el liberalismo agnóstico radical, lo que consideraba indeseable en quien debía sincelar la moral jurídica: un Ministro. Al licenciado Tena, don Jaime, lo trató de fotografiar besándose con Ana Luisa Pelufo y le sembró cientos de tentaciones cabareteras. Algunos veían en eso una contradicción, sus detractores más fieros lo acusaban de "laicizar lo divino" y de "divinizar el sacrilegio".

Pero era célebre, ese es el punto. Hasta antes del 53, era famoso en el mundo jurídico debido a su intento por sabotear la reunión del Presidente López Mateos con Hans Kelsen. También saltó como espontáneo en la entrega del Doctorado Honoris Causa, por parte del rector Don Nabor Carrillo Flores, a don Hans, autor de la Teoría Pura del Derecho. Su argumento, la comunidad jurídica se prostutuía al rendir tributo a un ateo miserable como Kelsen y él simbolizaba esa perdición. Por aquellos días montó lo que se llamó el Movimiento Nacional por la Defensa del Derecho Natural (Dios, justicia y litigio, era su lema). A la cabeza del movimiento visitó plazas y mercados. Escupió acusaciones contra Gómez Morin, Fidel Velásquez, el General Cárdenas y Salvador Novo. A unos los acusó de traídores, a otros de amigos, a otros de nada. Pero a todos los insultó.

Pocos recuerdan cuando pretendió inmolarse frente a la Suprema Corte de Justicia de la Nación a causa de un incidente de trámite que el señor Ministro Gabriel García Rojas desechó durante la solución de un caso menor. Se bañó en gasolina y antes de prenderse fuego cayó a causa de un mareo por intoxicación al respirar el combustible. Otra mañana estuvo de pie en la acera de la Corte con una pancarta que tenía la imagen de unas ubres gigantes de vaca. Decía que el Magistrado Ramírez Cueto ordeñaba a los litigantes. Loco, sí. Sin centro político, sí. Sin punto de gravedad social, también. Pero esas eran las convicciones de Don Jaime.

Erudito, como lo era, escribía en su columna de miles de cosas. Lo mismo comentaba sentencias del Segundo Tribunal Colegiado del Primer Circuito que las festividades del santo patrono de San Luis Cantolapán. Pero le llegó su 13 de enero. Ese día, su columna inició así:

"Toma rumbo la juridicidad del país y se viven tiempos de cautela en otros ámbitos. Vallejo toma las calles y con él pierden las vergüenzas populares. El señor Presidente tolera de más. Pero de algo sirve el caos, el derecho se reivindica como fuerza e instrumento de imploción de las conciencias. Como algo que controla a los descontrolados, que ordena a los desordenados y que somete a los desatados.

El derecho va de la mano de todo, incluso de la resurrección. Pues el derecho es instrumento, fin y sujeto. El derecho se sirve a si mismo, pero sirve también a planes supremos como lo que es, una ficción que ajusta las variaciones sociales obligando a una condensación de racionalizaciones. ¿Cuáles? Las que la sociedad necesita para cumplir el designio de Dios.

Hasta aquí, he dado dos tesis: 1) El derecho es sujeto (lo de fin e instrumento ya lo han abordado desde las escuelas de la jurisprudencia de la época medieval). 2) El derecho permite la salvación. Demuestro lo dicho. Yo me salvaré, Vallejo se pudrirá en el infierno. Y con él arderán muchos más. Quizá todos, tal vez sólo me salve yo.

Este artículo se convirtió en el referente de la existencia de Don Jaime. El resto de sus grandes y famosas intervenciones sociales se olvidaron. Al grado que se olvidaron sus interesantísimos pasos de baile como el Baile de la Prescripción (manos a la cabeza y piernas abiertas a la altura de las rodillas, cerrándose y abriéndose como abánico, con los talones a no más de 20 centimetros uno de otro) o el Baile del Amparo Indirecto (una mano al frente, otra atrás a la altura del ombligo y moviendo la cabeza hacia adelante y hacia atrás con pequeños saltos a cada lado).

Pocos recuerdan su intento por obtener una Declaratoria de Inocencia por el Tercer Tribunal en primera Instancia en Materia Penal, para Dimas, el primer Santo de la Iglesia Católica. Pero así es la vida, Don Jaime hizo demasiadas cosas (muchas de ellas fuera de propósito, desvalagadas, extravagantes y desquiciadas) y se le recuerda sólo por un artículo en el que básicamente confesó: lo mío, soy yo. Qué injusta es la memoria popular, ser un orate de tiempo completo, para que se le recuerde a uno por vanidoso. Por megalómano.

sábado, 20 de octubre de 2012

No es ofensa... es atrevimiento

Un sociólogo norteamericano dijo hace más de treinta años que la propaganda era una formidable vendedora de sueños, pero resulta que yo no quiero que me vendan sueños ajenos, si no sencillamente que se cumplan los míos. (Mario Benedetti, Propaganda)

sábado, 22 de mayo de 2010

Importante anuncio de la AMNEDD

La Asociación Mexicana de No Estudiosos ni Doctores en Derecho (AMNEDD) ha hecho público su rechazo a la petición de la familia de Diego Fernández de Cevallos de que las autoridades mexicanas se abstengan de actuar. En un escueto comunicado, redactado sobre un pedazo de lo que parecía un papel revolución con visibles manchas de manteca y leído con pésimo talento por parte de su vocero, la AMNED señaló:

"No se le desea daño a nadie, pero está gacha la cosa de pensar que la familia de un secuestrado que es amigo del presidente de la república (palabra que por su culpa ahora se escribe con "r" y no con "R"), que era compa del secretario de gobernación y la mano que manejaba al títere del procurador general de la república, simplemente no confié en las autoridades. Si hay un delito, hay que investigarlo (aunque eso luzca materialmente imposible y fuera de la capacidad de las autoridades)".

Así lo dijeron. Hasta el día de hoy, ningún medio de comunicación ha retomado este firme posicionamiento de una de las comunidades que por estar integrada por analfabetes, desleides y en general personas ignorantus de cualquier asunto jurídico, tiene la más alta respetabilidad, credibilidad y legitimidad. Veremos qué pasa.

domingo, 4 de abril de 2010

El regreso del Jus Dei... o el licenciado busca acabar con el silencio.

Mire queride no lectur (aunque une tiene clare que después de seis meses de silencio, la media persona que leía este informativo, seguramente dejó de hacerlo), que usté no está para saberlo ni une para andárselo contando, pero vienen nuevos tiempos profesionales. Así que como la carga de estrés laboral promete ser intensa, el Licenciado... y la licenciada también, han decidido reactivar el blog.

En ver qué sale.