jueves, 17 de abril de 2008

Ganar perdiendo. Entre el futbol y la real politik

9:20 pm. Jueves 17 de abril. Ciudad de México. El clima no es generoso, pero el entusiasmo de correr tras una pelota hace que la lista de asistencia llegue a los 11 individuos. El híbrido sociedad civil-amigos del "Capi" Cano ha dado forma a nuestro equipo de futbol. Todavía no nos conocemos bien, pero estamos juntos en esto (algo así como el FAP). El programa dice que el partido comenzará 9:30. Ejercicios de calixtécnia. Diálogo de camaradería. ¿Quién juega qué posición? Todo es armonía. Los que trabajamos en Fundar (minoría) somos los menos diestros en el juego. Los amigos del Capi, los más duchos. Fulano a la defensa, perengano a la media. Total da igual, ya jugando todos corremos 1 minuto detrás de la pelota y luego no podemos regresar a ocupar nuestras posiciones, además es futbol rápido, sólo saltarán 6 al campo.

9:31 calentamos ya en la cancha, toque de balón. Algo hay en la genética masculina que al estar en calzoncillos deportivos, rodeados de hombres y reunidos por un balón, surge una extraña comezón en las ingles. También hay un asunto de salivación excesiva. Así, tenemos toda la forma de un equipo, mucha rascadera de genitales y escupidera por todos lados. A la distancia jurarían que somos semi profesionales.

9:36, el equipo contrario no llega. El "Capi" gestiona el triunfo por "default". Es el primer partido de la liga. La semana pasada en un "amistoso" nos acomodaron un 6-0. Nos pasaron por encima como el PRD al PAN en Iztapalapa. Así que un triunfo, en las condiciones que sea, es bueno para el ánimo del grupo. Algo así como la doctrina Ortega o Encinas (o Calderón).

9:40, se declara triunfadora nuestra coalición. El adversario no se completó. Es oficial, primer triunfo en el torneo de liga.

9:45, ya estando ahí, se arma la discusión. Una cáscara, ¿no? Del equipo contrario sólo hay 2. Preguntan entre el público asistente y logran sumar 5. El portero está en jeans. Ni ropa deportiva trae. Será un amistoso, sin efectos para la tabla de puntuación.

9:46, inicia el partido (amistoso). Toque aquí, toque allá. Y nuestras carencias empiezan a desparramarse por todo el lienzo verde (osea el campo). Patadas al aire (abanicando el balón), correr sin sentido, gritos y miedo al adversario nos definen. Ellos son 5 y nostros 6 (más 4 cambios). En menos de 8 minutos ellos van ganando 3-0 y están enteros, nosotros cansadísimos (y con varios cambios hechos). Se siente gacho.

10:20, el partido término 8-4. Pero hubo avances considerables en nuestro desempeño. Gabo ya sabe que cuando nosotros sacamos el balón de la cancha ellos tienen derecho a poner nuevamente en juego la bola. A Miguel ya no le da tanto miedo ponerse en la barrera y cuando el portero grita a la derecha presenta el cuerpo en penitencia (antes el portero le gritaba que a la barrera y Miguel camine y camine lo más lejos del balón). Aunque no se crean que me paro en la barrera relajado, estoy ahí con los ojos cerraditos, cerraditos no'mas de imaginar cuánto dolerá el balonazo.

10:22, charla final. Rascaderá de genitales y escupidera por todas partes. Cuerpos flexionados, manos en los muslos y esfuerzos por jalar aire, análisis técnico de qué tendríamos que hacer para jugar mejor. Se dan puntos de vista y todos ponen cara de querer cambiar para la próxima semana. Así terminó el partido que ganamos, aunque acabamos perdiendo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Charros y yo que pensaba que sí habíamos perdido! Todavía estoy confundido por aquel balonazo.
El Gabo

Mela dijo...

Y de verdad así quieren porra? También hay que ganársela.
Con cariño Mela