Un típico slogan de publiciste barate y de medio pelo para referir en un mismo concepto al futbol y a algo que esté gacho, es decir: la cosa se puso de la patada. Esa expresión está tan choteada que pone los pelos de punta escuchar que la usen, aunque peor es cuando la cosa literalmente se pone de la patada, de la cachetada, del jaloneo y hasta del azotón de la chirimolla contra un parabrisas.
De suyo es que el futbol es una actividad -no por si misma, pero sí por el contexto social que ha desarrollado- altamente sexista. Sexismo puro que amachina chipocles en puro machismo. Que si al portero le gritan puto, que si es de hombres, que si la entrada fuerte es una entrada viril y que si la FIFA está dominada por puro machín y que al que no le gusta el futbol es porque se le va la cochina para el monte y demás. Pero esa condición androcéntrica y machistoide es nada comparada con el problemón asociado a la construcción de una nata de déspotas, golpeadores y maltratadores de mujeres e impunes. La fuente de toda esa soberbia, ser estrellas de futbol.
Quien con la agudeza que le caracteriza ha puesto el dedo en el renglón, es Lydia Cacho. En su columna Plan B, de El Universal, aborda el tema de la bestialidad que muchos chatos correteapelotas tratan a sus parejas (por favor léala dando click aquí). Lo mejor de Lydia es que devela, sin grandes teorizaciones pero sí con mucha contundencia, cómo las redes económicas y de poder político hacen que el castigo y la acción judicial sean una vacilada. Chingadazos para ellas e impunidad para ellos. Bravo Lydia por la columna, a los animales esos, dice el Licenciado que: LA PORRA LOS SALUDA!!! Y a la autoridad futbolística les pide: UN POQUITO DE CONSISTENCIA (el fair play es más que mantas amarillas antes de los juegos).
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