jueves, 26 de marzo de 2009

¿El gobierno mexicano persigue a Manu Chao? Una de recitales, extranjeros y libertad de expresión.

La fundación, conservación y funcionamiento de los Estados nación ha dejado sembrados titipuchal de debates. Ármese Ud. un día de paciencia y póngase a buscar en Internet cuestiones sobre ciudadanía, ciudadanía multicultural, ilegalidad o irregularidad de les extranjeres, el derecho a la nacionalidad, derechos civiles y políticos asociados a nacionalidades, entre otros temas y con distintas correcciones e improperios de lo políticamente correcto. El punto es que ya verá Ud., apreciadísime y nacionalistu lectur, la de cosas que le saldrán, especialmente si lo hace consultando al Dios Gugul.

Pero bueno, consideran el Licenciado y... la Licenciada también, que no hemos abierto las líneas de este post al mundo para hablar de esas sandeces. Aunque sí, como casi siempre, para hablar de sandeces hechas por nuestras autoridades. Resulta pues, que el músico Manu Chao (aquí podríamos decir franco-español, pero es medio entrar en categorías) andaba en Guadalajara, Jalisco quesque en la presentación del Festival Internacional de Cine (tranquis Norma, no vamos a comentar el tema desde la mirada cinéfila).

Estando en esas coordenadas, el ex-vocalista de la Mano Negra, en una conferencia de prensa se descoció un comentario, maomeno al siguiente sonsonete: que Atenco había sido terrorismo de Estado (el Licenciado dice que también de estado, pues fue obra y gracia de Peña Nieto, ver post escrito algunas caguamas atrás aquí).

Y bueno, ya sabe, en vista del señalamiento de Chao y como en el país las cosas están tan aburridas, con pocos problemas de gobernabilidad y con el pulso y el hartazgo social a niveles que ya envidiarían los daneses, a un funcionariete de la Secretaría de Gobernación se le ocurrió que era buena idea iniciar una investigación para aplicarle el artículo 33 constitucional al intérprete de clandestino. Sépase, queride lectur, que el artículo 33 señala a la letra:

Los extranjeros no podrán de ninguna manera inmiscuirse en los asuntos políticos del país.

A estas alturas, el Licenciado tiene la firme teoría de que todo esto es un distractor para que la gente no preste atención al partido de futbol que este sábado enfrentará a nuestro seleccionado nacional con su similar de Costa Rica. Porque ¿en qué cabeza cabe decir que se está iniciando un procedimiento para determinar que Chao violó la Constitución y revisar que sanción le correspondería? Así une no juega. Gacho que no. Imagine la relajación o el ejercicio de vacaciones intelectuales en las que se encuentra le fulane que se atrevió a sugerir que decir que lo de Atenco fue terrorismo de Estado, es lo mismo que participar en asuntos políticos (por cierto, que tratóse de tremenda masacre y un abuso policial que ya quisieran Genghis Khan y Atila haber ejecutado, confirmado con sendas sentencias con condenas inusitadas y excesos olimpicamente inadmisibles en cuanto a prisión preventiva, que ya hubieran querido Pinochet o Mussolini ordenar).

La peor estupidez de leer al calor de esa vulgar literalidad el artículo 33 es que nos implicaría asociar la libertad de expresión con un "asunto político", los actos de impacto público con un "asunto político", el diálogo en favor de las relaciones entre naciones con "un asunto político", denunciar algún abuso en el aeropuerto por parte de las autoridades migratorias con un "asunto político" o, peor aún, equiparar lo que escriba un corresponsal extranjero con un "asunto político." Ni le cuento, nacional o extranjere lectur, qué les pasaría a mis colegues de "Fundartz" cuyo pasaporte está redactado en lenguas distintas al castilla.

Vamos, la barrabasada es de tal dimensión, que -lo decimos con fines estrictamente pedagógicos- supondría que en plena tragedia del terremoto de septiembre de 1985 -un asunto que evidenció la miseria y la incapacidad de nuestro gobierno- lo que hizo Plácido Domingo le debió significar su expulsión, porque sin duda la organización social, la crisis humana y la posición de la ciudadania frente al gobierno, eran asuntos políticos en esos días.

De qué tamaño estará la angustia, la rabia y la obcecación del Licenciado, que ya cree que a los jugadores de Costa Rica se les debería expulsar porque el partido contra la Tricoler exhacerba el sentimiento nacionalista, lo que sin duda implica un asunto político. La licenciada, digna escucha de Manu Chao, considera, con mayor altura de miras, que esta singular anécdota sirve para una clase sobre interpretación jurídica (imagine el tema -título de lo más confuso posible, por favor- Polisemia del lenguaje constitucional: reflexiones sobre lo que un asunto político sí es y sobre los asuntos que pareciéndolo no lo son, así como los enredos en los que puede meterse la Segob a causa de dicha redacción) pero que también evidencia las horas ocio en la Secretaría de Gobernación y la pérdida de habilidades para el ejercicio mental que padecen algunes. El Liceciado dice que además padecen... pus padecen tarades.


*Nos escribieron estos comentarios (vía e-mail):
... obsecación es con C! Obcecación. FYI.
Abrazo,
Después de este ataque artero contra este órgano de divulgación, la Licenciada fue nombrada defensora del Licenciado en este idiomicidio. Se obtuvo una sentencia absolutoria, la prueba de que el Licenciado está obcecado es que no se dio cuenta que lo escribió mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Mi querido Cirilo:

Primero que Fox y su gabinetazo terminaron con la solemnidad y el respeto a la institucion presidencial....... y ahora se azotan por que JoLoPo reencarno en FECAL (recordad hermanos mios, que el mismisimo papa oficiole una misa privada a su mamacita)

entre muchas otras maximas Fito Paez solto dos rebuznos memorables,

...........No cuento el vuelto, siempre es de mas, da dada dadada...........

......Manu Chao es un revolucionario con american express..........


Atte Jaime Palillo Von Denmark