La memoria del 2006 es agria. El voto por voto, casilla por casilla fue un grito que cimbró la estructura autoritaria y el débil sistema electoral mexicano. Total que con un manto de polémica encima, Felipe Calderón Hinojosa se convirtió en el segundo presidente blanquiazul de la historia patria.
El tema ya estaba semidormido, cuando esta semana desde otras coordenadas (tanto políticas como geográficas) nos llega una noticia que, aunque sea para el imaginario y como vil placebo, suena lindo repetir:
Calderón renunció a la presidencia. Con lágrimas en los ojos dijo adios, que nada de lo que se le imputa es cierto, pero que aún así se va.
Pero no se emocione (o no haga muina, dependiendo su sentimiento político) estimade lectur. Del Calderón del que hablamos es del (ex)presidente del Real Madrid.
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